Puedo escribir los versos
más inquietantes esta mañana.
Puedo escribir, por ejemplo:
“no somos más
que polvo de estrellas,
nosotros, y también
todo lo que nos rodea”.
Pueden tacharlo, los demás,
de cursilada poética ó,
quizás, de poesía cursi.
Sin embargo, lo es,
polvo de estrellas es,
de manera certera,
nuestro origen y destino.
No existe recurso estilístico,
metafórico, retórico,
que rija estos versos.
¿Por qué, entonces,
se les niega toda virtud
y calidad poética, literaria?
En mi humilde, seguramente
equivocada opinión,
no se afronta lo que se quiere;
ellos no quieren afrontar
la realidad que subyace:
no somos más
que polvo de estrellas,
nosotros, y también
todo lo que nos rodea.